¡Volvemos con la #FotoDeLaSemana! En esta ocasión traemos una fotografía de la exposición La huella hispanomorisca en México que se presentó entre el 31 de agosto y el 17 de noviembre de 2019 en el Museo de Arte Popular, en la Ciudad de México.
La muestra daba cuenta de la influencia y el impacto de la cultura musulmana en nuestro país, que llegó de la mano de los españoles quienes habían tenido una convivencia de casi 8 siglos con los pueblos musulmanes del norte de África y habían consumado la Reconquista de la Península 10 meses antes del descubrimiento de América. Arquitectura, arte, textiles, lenguaje, etc., no hay un sólo aspecto en el que no tengamos influencia de esta herencia doble que se manifiesta, de forma particularmente evidente, en las danzas de Moros y Cristianos.
En la imagen observamos tres trajes de danza provenientes de diferentes partes del país, que forman parte del acervo de Arte Indígena del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). De izquierda a derecha: los dos primeros son un «Traje para danza de Moros y Cristianos», ambos procedentes de Acapetahua, Chiapas; el tercero es un «Traje para danza de Santiagos», de Cuetzalan del Progreso, Puebla.
A partir de los elementos que se pueden apreciar en la fotografía, el primer traje a la izquierda correspondería a un personaje Moro. La máscara y el tocado elaborado suele ser un elemento representativo de ese bando, además de la capa larga. El tocado está adornado con papel metálico, escarcha, espejos y guajes de colores con textos escritos. El segundo personaje correspondería a la contraparte, un personaje Cristiano, la capa corta y la sencillez del traje suelen ser los atributos que, en varios casos, representan al bando Cristiano. El sombrero es de paja, forrado de tela, adornado con cuentas, listones dorados y plumas.
El tercer traje, a la extrema derecha, es un personaje Moro. Estas máscaras rojas con detalles en color dorado para la barbilla, bigote, ojos y cejas, son muy representativas de esta región. El complemento de la máscara es una «barba» de olanes y listones con dos colgantes al frente, mientras que en la parte posterior de la cabeza se lleva un tocado en forma de media luna creciente, como un pico, adornado con flores de papel metálico.
Acompañando la exhibición de los trajes había un texto, titulado El recuerdo de batallas lejanas, donde se explicaba de forma breve el origen de estas fiestas y su llegada a México.
Estamos trabajando en un pequeño video para mostrarte la belleza de esta exhibición, mientras tanto esperamos esperando que disfrutes esta imagen.