De parte del Centro de Documentación de Danzas de Moros y Cristianos «San Bartolo Cuautlalpan», queremos desearles un muy feliz Año Nuevo 2022. Esperamos que se encuentren acompañados de su familia y seres queridos. Por un 2022 lleno de fe, música y alegría.
La #FotoDeLaSemana es nuevamente cortesía de Fundación Ajaraca A.C., asociación encargada del resguardo y difusión del archivo fotográfico de la Dra. Ruth D. Lechuga, una de las principales investigadoras de la cultura popular. En el sitio web de la fundación (https://fundacionajaraca.org) podrán explorar una vasta galería que nos permitirá descubrir un poco del México que recorrió, además de conocer de qué forma pueden apoyar a conservar su trabajo.
Ruth D. Lechuga, Nahua, Soledad Atzompa, Veracruz, 1976-1979, No. de inventario ARL_N18654_VER, Original plata-gelatina, 6 x 6 cm., D.R. ® Acervo Fotográfico Ruth D. Lechuga /
La imagen que presentamos el día de hoy es muy importante ya que no hay referencias explícitas a la danza en esta comunidad en la bibliografía sobre Moros y Cristianos, además de ser un ejemplo de la relevancia del archivo de la Dra. Ruth D. Lechuga, poder acercarnos a expresiones culturales poco conocidas y contar con un testimonio de su ejecución.
Soledad Atzompa, cabecera del municipio del mismo nombre, se encuentra en la zona montañosa del centro del estado de Veracruz. Es una población nahua con uno de los índices de marginación más altos del estado a pesar de ubicarse a tan sólo 30 km de la ciudad de Orizaba. La fotografía fue tomada en la década de 1970, posiblemente a inicios de febrero, durante la fiesta de la Candelaria, ocasión en que se presenta la danza de Moros y Cristianos. La danza aún se realiza y ha aumentado su participación a la festividad de Santiago Apóstol (25 de julio) y otras celebraciones de la comunidad, sin embargo continua sin ser documentada1.
Como vemos en la fotografía, el atuendo de los Moros se compone de nagüilla con fleco en la parte inferior, camisa con encaje en los puños y capa, todo en satén . En la cabeza se usa un gorro cónico del que cuelga una mascada o paliacate, y la máscara, posiblemente de madera, con barba. Hay dos personajes que destacan: el que porta la corona, que utiliza una vestimenta un poco diferente al cambiar la nagüilla y la camisa por una túnica de satén; y el que lleva la bandera. El traje de los Moros no ha cambiado de forma significativa, aumentado un poco la extensión de las capas y agregando una sobrecapa, ambas con ligeras decoraciones en lentejuela. En la imagen no podemos apreciar al bando Cristiano, pero actualmente su vestimenta se compone de nagüilla, camisa y capa, todo en satén, llevando un sombrero tipo tejana con fleco en el borde. Todos los personajes utilizan espadas o machetes, que usan durante los diálogos y el baile.
Si observamos con atención, podemos distinguir unas líneas blancas en el suelo. Estas líneas, trazadas posiblemente con cal, delimitan el espacio de la representación y se compone de un cuadrado de aproximadamente 12 metros por lado, con líneas que lo dividen en ocho partes. Al centro se coloca un círculo y líneas curvas marcan el encuentro de cada línea con los bordes del cuadrado.
Diagrama del espacio de la representación.
Para la representación, los danzantes se ubican alineados en lados opuestos del cuadrado, siguiendo las líneas cuando realizan el baile, como se puede observar en este video.
Sobre los personajes, en la foto encontramos a Pilatos, el que utiliza la corona, y al Almirante, el que lleva la bandera; a partir de ellos y después del análisis del video sabemos que está también Alchileo (o Archareo) y el Moro Capitán, aunque no sepamos si corresponde a alguno de los otros personajes que aparecen en la imagen. Por el lado de los Cristianos participa Vespaciano y Tito.
Tomando esta información y comparándola con la información publicada en los diferentes textos de Moros y Cristianos, podemos asumir que los personajes que integran la danza son:
Cristianos
Moros
Tito
Sultán
Santiago
Moro Capitán
Vespaciano
Pilatos
Niño
Almirante
Alférez
Alchareo
Gentil
Tiberio
Personajes2
A pesar de que la identificación de estos elementos es importante para la documentación de la danza de Soledad Atzompa, aún no contamos con suficiente información para determinar cuál es la Relación (la historia) que presentan. Estos personajes aparecen en una gran variedad de representaciones y los fragmentos de texto que se pudieron rescatar del audio del video no bastan para relacionarlo con alguna otra danza que nos permita identificarlo.
La danza de Moros y Cristianos en Soledad Atzompa presenta particularidades importantes que no han sido estudiadas y documentadas formalmente, por lo que esperamos que esta publicación ayude en su difusión y sea el inicio de una investigación que nos permita conocerla más a fondo y darle su lugar entre las danzas de Moros y Cristianos de nuestro país.
NOTAS
Para nuestro análisis se realizó una búsqueda de material disponible en la red encontrando solamente tres videos. Uno de ellos es de particular importancia ya que nos permitió identificar la información que presentamos en esta publicación.
De acuerdo a la información presentada por Fernando Horcasitas en el Reto de caballería de los Reyes Moros.
Los moros en la localidad de buena vista soledad Atzompa, Soledad Atzompa Veracruz, 19 de marzo de 2019, recuperado el 6 de diciembre de 2019, https://youtu.be/-25l3REPQnM
HORCASITAS, Fernando, El reto de caballería de los Reyes Moros, Gedenkschrift Gerdt Kutscher Indiana núm 9 Berlín, Gebrüder Mann Verlag, 1984, pp. 59-68.
Agradecimientos
No podemos dejar de agradecer nuevamente a Brenda Chávez Molotla, Directora Ejecutiva de Fundación Ajaraca A.C., por su apoyo para la presentación de las imágenes del acervo de la Dra. Ruth D. Lechuga que hemos compartido en las últimas semanas. En el Centro de Documentación de Danzas de Moros y Cristianos «San Bartolo Cuautlalpan» nos sentimos honrados por la oportunidad que nos brindaron y esperamos que en el futuro podamos colaborar nuevamente en la difusión de su acervo.
En este #LunesDeLibro vamos a revisar un texto muy importante para el estudio de las máscaras en nuestro país y, a partir del mismo, conoceremos un poco más de las máscaras que se utilizan en las danzas de Moros y Cristianos, todo ello de la mano de la Dra. Ruth D. Lechuga.
Portada Máscaras Tradicionales de México
Ruth D. Lechuga, San Antonio el Doctor, Querétaro, 1977, No. de inventario ARL_N16589_QRO, Original plata-gelatina, 6 x 6 cm., D.R. ® Acervo Fotográfico Ruth D. Lechuga / Fundación Ajaraca A.C.
No es posible hablar sobre las máscaras mexicanas sin mencionar a la doctora Ruth Deutsch Lechuga, coleccionista y pionera en la investigación del arte popular, así como en la documentación de diferentes aspectos de la vida cotidiana de las comunidades, a través de las imágenes que capturó durante sus viajes por varios rincones de nuestro país. Su vasto acervo fotográfico se encuentra bajo custodia de Fundación Ajaraca (https://www.fundacionajaraca.org/) y es un testimonio de manifestaciones sociales y culturales, algunas ya desaparecidas, el cual nos permite conocer un poco más acerca de los pueblos y de su gente.
Antes de comenzar, hablemos brevemente sobre la fotografía que ilustra esta reseña, cortesía de Fundación Ajaraca. En ella podemos observar a la Dra. Lechuga rodeada de personajes enmascarados en San Antonio El Doctor, en el estado de Querétaro. De acuerdo con la información publicada en una fotografía de la misma serie, disponible en el sitio web de la fundación, estos personajes representan a diablos y acompañan las procesiones de Semana Santa. Puede visitar esta imagen dando clic aquí.*
Máscaras tradicionales de México cuenta con una edición y fue publicado por el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (BANOBRAS) en 1991, con un tiraje de 2000 ejemplares. La presentación de la obra está a cargo del Dr. Enrique Álvarez del Castillo, director de la institución entre 1991 y 1993, donde manifiesta el interés del banco en difundir y rescatar la cultura del país. Este texto se puede consultar con relativa facilidad en bibliotecas, aunque para conseguir un ejemplar es necesario recurrir al mercado secundario. En Internet puede encontrarse con precios entre los 60 USD y 180 USD más envío; también puede buscarse en librerías de ocasión y especializadas con precios similares, alrededor de $1,300 MXN.
Dentro de las diferentes categorías del arte popular, las máscaras ocupan un lugar destacado ya que no se limitan al objeto en sí mismo, sino que trascienden a partir de su uso en danzas, fiestas y carnavales. La importancia de la máscara queda manifiesta desde la introducción, donde la autora nos menciona que «Cuando el individuo deja a un lado sus máscaras personales, para actuar como exponente de las manifestaciones culturales de la sociedad, la máscara se convierte en revelación de la esencia del grupo que representa. En este momento deja de ser expresión facial individual y se recurre a la careta elaborada especialmente para cada ocasión.«1, es decir, las máscaras se vuelven la faceta representativa de las tradiciones.
El libro abarca en cuatro capítulos los aspectos más notables para conocer la relevancia e historia de las máscaras en México. El capítulo 1, Las máscaras desde tiempos prehispánicos, es corto y nos muestra la transición entre el origen y el uso de las máscaras entre las culturas originarias y los primeros años del periodo colonial. Es aquí, en un momento tan temprano del texto donde queda asentada la importante relación entre la máscara y la danza, al señalar que «Durante las ceremonias religiosas y también en algunas ocasiones festivas se ejecutaban numerosas danzas. En todas ellas se hizo amplio uso de máscaras que representaban toda clase de animales, personas de otras tierras, viejos y muchos más«2. A partir de la conquista de Tenochtitlan, el periodo colonial se recorre en unos pocos párrafos, pero nos detenemos en dos puntos clave para nuestro análisis: la mención de la danza de los Moros y Cristianos, como parte de los festejos realizados por los españoles y su rápida difusión y adaptación por parte de los indígenas; y la imagen que representa a un Moro en una parte del «Biombo del palo volador», exhibido en el Museo de América, en Madrid, España.
El capítulo 2 es el más amplio, no es sorprendente ya que en él se habla de La máscara en el México contemporáneo. Aquí se presentan las máscaras utilizadas en las diferentes danzas y representaciones que la autora pudo ver y documentar directamente. Para abordar un panorama tan amplio, el capítulo se presenta a partir de ejes temáticos: danzas de los viejos, de animales, el tigre (la cual recibe un apartado especial), de homenaje y catequizantes, ciclo agrícola, por mencionar algunas, además de las «Danzas de moros y cristianos y sus derivados» siendo el contenido donde pondremos particular atención.
A partir de la descripción de las danzas de este tipo, la autora propone catalogarlas como el ciclo de infieles y cristianos3, debido a la variedad de temas englobadas dentro de los «Moros y Cristianos», donde la categoría de «Moros» queda rebasada al incluir a los enemigos representados por indios, judíos, diablos, etc., siendo la conclusión en todas ellas la misma: la conversión y bautizo de los infieles y el triunfo de los Cristianos.
A continuación la autora hace referencia a distintas danzas y sus principales características, además de señalar que el nombre con el cual se conocen usualmente tiene relación con algún aspecto determinado de cada una de ellas, surgiendo así los Moros Cabezones, los Santiagueros, los Chareos, Pilatos, Archareos, Alchileos, Medias Lunas, Santiagos, además de los Doce Pares de Francia, entre otros. Si bien las danzas de Moros y Cristianos están ampliamente difundidas en todo el territorio nacional, el texto pone especial énfasis en comunidades ubicadas en Chiapas, Guerrero, Puebla, el Estado de México, Oaxaca, Jalisco y un par de menciones puntuales a Colima, la zona del Bajío y Veracruz.
Al avanzar en la lectura, es posible identificar el uso de varias categorías que nos remiten a la clasificación de danzas propuesta por Arturo Warman en su texto La danza de Moros y Cristianos (SepSetentas, 1972)4, aunque no se menciona explícitamente: espectáculos de masas, ciclo de moros y cristianos, ciclo carolingio5, danzas de conquista, tastoanes y danza de concheros.
Nos parece oportuno señalar una situación ya comentada en nuestra introducción al estudio de las máscaras en las danzas de Moros y Cristianos y que la autora señala expresamente: no en todas estas representaciones se utilizan máscaras. En este sentido habla del caso de las Morismas en Zacatecas y algunas danzas donde muchos cristianos no portan máscaras, o utilizan yelmos, o Santiago suele representarse con el rostro descubierto. Sin lugar a dudas, es necesario mencionarlas aunque no abunda en ellas, toda vez que el tema del libro son las máscaras.
El capítulo 3, trata de los personajes fundamentales para las máscaras, sus creadores. El mascarero y su trabajo nos presenta nombres y testimonios de varios artesanos con los que la Dra. Lechuga tuvo contacto , además de las diversas técnicas y materiales: madera de copal, copalillo y clavelino, entre otras; cuero, cera, papel, cartón y hasta metal son los materiales transformados en las hábiles manos de los mascareros. Su importante labor contrasta con las necesidades cotidianas, donde muchos de ellos deben alternar esta actividad con las labores del campo o sus empleos en las ciudades aunque, poco a poco, la mayor demanda de máscaras por parte de coleccionistas y otros mercados ha permitido que algunos artesanos se dediquen de tiempo completo a su elaboración aunque ello implique la creación de piezas meramente decorativas sin descuidar la producción de máscaras tradicionales para cubrir la demanda local.
De este capítulo llama nuestra atención la mención del rostro pesado que se utiliza en la danza de los Alchareos, en San Martín de las Pirámides, Estado de México. Este objeto se elabora con aluminio y fierro, con un peso cercano a los 5 Kg. En contraste, se tiene el rostro liviano, elaborado en fibra de vidrio y con un peso mucho menor, que se utiliza cuando la danza tendrá una duración larga6. Este cambio en los materiales, de usar fibra de vidrio en lugar de madera, es una muestra de la convivencia entre la tradición y la modernidad.
El rostro de la máscara es el último capítulo del libro, donde se habla de las características y las funciones de la máscara. En este sentido, la autora retoma una de las ideas iniciales del texto «La máscara, como objeto separado de su función, puede ser una obra de arte, una escultura de gran mérito estético. Sin embargo, se trataría de un arte estático, desconectado de su propósito real. Por otro lado, como parte de la indumentaria y en el contexto de la danza, la máscara, aun sin movilidad facial propia, adquiere expresiones diferentes, de acuerdo con los movimientos de su portador «7. Y a partir de esta idea nos expone diferentes tipos: con detalles, sencillas, muy elaboradas, totales, parciales, más grandes que el mismo rostro del portador o incluso, más pequeñas. El cierre del libro es la parte más profunda de todo el texto porque nos adentra en las funciones que las máscaras pueden tener y que pueden abordarse desde diferentes disciplinas y a partir de la experiencia de los danzantes, compartidas en este apartado, por lo que el texto refleja la conexión que tuvo la Dra. Lechuga con las personas que conoció.
Un ejemplo sobre las diferentes funciones de las máscaras, más allá de su uso en las danzas, lo encontramos en el caballito utilizado en la danza de los Santiagueros de Cuetzalan, Puebla. Según Donald Cordry, es un objeto con un matiz sagrado al que se le debe proporcionar agua y maíz mientras se encuentra en custodia del danzante que interpreta a Santiago a fin de evitar su escape del pueblo8.
Si bien el texto se encuentra repleto de narraciones y anécdotas contadas a la autora o vistas por ella misma, es en este capítulo donde se hace un análisis formal y se retoman varios elementos comentados en las páginas anteriores, permitiendo que el viaje hecho desde los antecedentes y uso de las máscaras en el mundo prehispánico hasta la década de 1980, tenga una conclusión y nos permita visualizar nuestras máscaras y danzas con otros ojos. A pesar de la distancia temporal entre la publicación del libro y nuestros días, el texto continúa vigente y es una referencia importante para un estudio sobre este tema, porque como la autora dice al finalizar, estamos hablando de una cultura viva, no se detiene y cambia conforme las necesidades, las creencias y los medios disponibles lo permiten.
El libro está profusamente ilustrado, con 123 imágenes a color y en blanco y negro, abarcando la amplia variedad de temas que hemos revisado. Entre estas fotografías se incluyen: 1 es una máscara de Tastoanes, 2 del Carnaval de Huejotzingo y 8 relacionadas directamente con las Danzas de Moros y Cristianos, incluyendo la mostrada en la portada, correspondiente a la danza de Los Doce Pares de Francia de Mexicaltzingo, Estado de México9.
Al hablar de las fotografías, es necesario dedicar un espacio a una persona importante en la concepción de este material, el Sr. Enrique Franco Torrijos, fotógrafo y amigo de la Dra. Lechuga, de quien se incluyen 39 fotografías en el libro, en su mayoría de piezas de colección o de objetos fijos. Además de su aportación gráfica, redactó la semblanza de la autora, misma que aparece en la solapa. Como nota personal, tuvimos ocasión de compartir una visita con el Sr. Franco y las historias y anécdotas que compartió nos permiten entender mejor su colaboración en este texto.
A partir de la revisión del libro, encontramos un par de detalles que nos parece oportuno mencionar. Las referencias de las imágenes 46 y 47 se encuentran invertidas. La imagen 46 se encuentra en la página 59 y corresponde a la danza de los Moros de Texistepec, Veracruz. La imagen 47 se encuentra en la página 60 y corresponde a la danza de los Archareos. Así mismo, el nombre de la comunidad donde se practica esta danza aparece como «San Francisco Mazapan, estado de México», siendo el correcto «San Francisco Mazapa, Estado de México». Por otro lado, la referencia de la imagen 2, Pintura rupestre, indica que se encuentra localizada en las Grutas de Juxtlahuaca, Oaxaca. Estas grutas se localizan en la comunidad de Juxtlahuaca, en el estado de Guerrero10.
Tal como se comentó al inicio, este libro es una referencia importante y necesaria para adentrarnos no solo al mundo de las máscaras, sino también al de las danzas. Sin volverse un catálogo o un diario pormenorizado de una u otra, nos da elementos suficientes para entender mejor las manifestaciones culturales de los diferentes pueblos y grupos de nuestro país. La obra está respaldada por una extensa bibliografía, por pláticas y entrevistas con varios personajes sin mencionar que es producto de los viajes, las investigaciones y la invaluable experiencia de la Dra. Ruth D. Lechuga.
NOTAS
Pág. 9.
Pág. 15
Pág. 54.
Puede consultar nuestra reseña de esta obra dando clic aquí.
Para Warman, los Moros y Cristianos propiamente dichos, incluyen al ciclo histórico, al carolingio y al de Santiago.
Pág. 122 y 127.
Pág. 131.
Pág. 146. Si bien este cuidado del caballito, no es exclusivo de Cuetzalan.
Además de aparecer nuevamente en el interior. P. 139.
CABRERA GUERRERO, Martha. Las grutas de Juxtlahuaca. Santuario al dios olmeca del maíz, Gobierno del estado de Guerrero, México, 2017, p. 26. Consultado en línea <Recuperado de https://issuu.com/muva/docs/libro_grutas_final.final>
*Enlace actualizado.
Sobre los autores
Ruth Deutsch Reiss, nació en Austria en 1920. En 1939 su familia llega a México buscando refugio ante la persecución que sufrieron en Europa en los albores de la 2da Guerra Mundial. Estudió Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México y se naturalizó como mexicana en 1954. En 1949 comenzó a acompañar a su padre en sus viajes por el país, recorriendo comunidades apartadas y conociendo su cultura y artesanías, de ahí nace su pasión por el arte popular. Contrajo matrimonio con el Dr. Carlos Lechuga Vergara, con lo que comenzó a ser conocida como Ruth D. Lechuga. Fue directora del Museo de Arte e Industrias Populares, asesora técnica del Fondo Nacional para las Artesanías y secretaria para los países latinoamericanos den el Consejo Mundial de la Artesanía, de la UNESCO. Autora de El traje indígena de México y La indumentaria indígena, entre otros, además de varios artículos. Falleció en su casa de la Ciudad de México el 19 de septiembre de 2004.
Enrique Franco Torrijos, nació en la Ciudad de México en 1930. Fotógrafo. Realizó estudios de Antropología Maya en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Ha escrito y participado en numerosos libros, entre ellos El Insólito Paisaje Mexicano, Kohunlich, una ciudad Maya del Clásico Temprano e Islas, silentes centinelas de los mares mexicanos. Actualmente es Socio Director en Franco Torrijos y Asoc. Editores.
Bibliografía
DEUTSCH LECHUGA, Ruth, Máscaras tradicionales de México, Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, México, 1991. pp. 157.
Información de las fotografías
Fotografía de la Dra. Ruth D. Lechuga, cortesía de Fundación Ajaraca A.C. Agradecemos a Fundación Ajaraca y a su Directora Ejecutiva, Brenda Chávez Molotla, su apoyo.
Información de las biografías.
Subasta de fotografía, jueves 9 de noviembre del 2017, Catálogo, Morton Subastas, México, 2017, p.22.
FRANCO TORRIJOS, Enrique, Semblanza de la Dra. Ruth D. Lechuga, en DEUTSCH LECHUGA, Ruth, Máscaras tradicionales de México, Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, México, 1991.
¡Estamos de vuelta con los #LunesDeLibro ! Uno delos inconvenientes que se presentan al interesado en las Danzas de Moros y Cristianos, es que muchas veces es necesario analizar atentamente los materiales bibliográficos, ya que los títulos muchas veces no nos refieren a este tema, es decir, solamente una parte del libro aborda nuestro tema. El texto que vamos a reseñar el día de hoy es precisamente un ejemplo de esta situación, que es la que prevalece en la mayoría de los casos.
Portada Entre los hombres y las deidades. Las danzas del Totonacapan.
Francisco Acosta Báez, uno de los autores.
El libro es una antología de artículos, algunos publicados anteriormente, compilados por Rubén Croda León, que comprenden desde la década de los 80 hasta el 2005, año de su publicación. El texto forma parte de la colección «Fiestas populares de México» , una publicación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas, y tuvo un tiraje de 2000 ejemplares. Es muy sencillo encontrarlo y su costo bajo, entre $68.00 y $85.00 pesos mexicanos.
La región del Totonacapan comprende una zona al norte del estado de Veracruz, alrededor de Papantla. Es posible que nos demos una idea de los temas que se abordan en el libro si sabemos que en aquellos pueblos se practican Danzas de Moros y Cristianos, aún así, para el investigador que inicia podría no ser tan evidente.
La sección que es relevante para nuestro objeto de estudio se titula Danzas de conquista y cristianización, en la que encontramos los artículos de Alejandro Medina Jiménez, Origen de la danza de moros y españoles; de Manuel Álvarez Boada, Danza de moros y españoles (1992) y Danza de santiagueros (1992); y el de José Xochihua Ibarra, La danza de los santiagueros (1990). Mención aparte merece el texto Danza de los ormegas, de Zeferino Gaona Vega y Francisco Acosta Báez. Cada artículo se acompaña de una fotografía en blanco y negro que ilustra la danza.
Danza de Moros y Españoles
La información respecto a esta danza es un poco confusa entre los dos artículos, en uno se menciona que en ella aparecen tres bandos, siendo el tercero los «tocotines», los indios, encabezados por Moctezuma Xocoyotzin y que pertenecen al bando de los moros y los «españoles» estarían dirigidos por Cortés, es decir, se trataría de una Danza de Conquista. Sin embargo, en el segundo artículo, este detalle no se menciona y sí se habla de dos bandos bien diferenciados. Es probable que se trate de representaciones de comunidades diferentes y por ello se encuentre esta discrepancia. Dependiendo la versión podríamos considerarla como una Danza de Moros y Cristianos.
Danza de Santiagueros
la presencia de Santiago y el uso de la máscara de cintura en forma de Caballito es distintiva de esta danza en la región, así como la clara diferenciación entre los dos bandos. La presencia de personajes característicos de la danza de Moros y Cristianos es importante: Pilatos, Sabario, Callitsin o Callintse; mismos que aparecen en la región de Veracruz y la sierra de Puebla. Es indudable que se trata de una Danza de Moros y Cristianos.
Danza de ormegas
Esta es una danza particular, el nombre no es un término común para referirse a las danzas de Moros y Cristianos, sin embargo hay presencia de personajes comunes en los Moros y Cristianos: Santiago, Callíntsin, Sabario, Pilatos, etc. Además de referir a la lucha entre el Apóstol Santiago y los Moros. En el texto se menciona la presencia de un personaje referido como «Akcharrión», que en otro sitio se asocia a la Danza de Santiagueros. Aún cuando haría falta una revisión más amplia de la información, podríamos considerarla como una Danza de Moros y Cristianos y de paso, podemos agregar una denominación más al conjunto de nombres de Danzas de Moros y Cristianos.
Como mencionamos al inicio, este libro no trata propiamente de las Danzas de Moros y Cristianos, sin embargo brinda información importante para el investigador de este tema.
Sobre los autores
Rubén Croda León, antropólogo especialista en la región del Totonacapan, trabajó en el Instituto Veracruzano de la Cultura en el área de Desarrollo Cultural Regional, ha participado en diferentes libros y artículos sobre la cultura de Veracruz, como CUANDO VIENEN LOS MUERTITOS. Los espíritus llegan con hambre y sed (2015), Veracruz. Fiesta Viva (2010), Los viejos. Xiloxuchitl, Tantoyuca, para el número 16 de los Cuadernos del Patrimonio Cultural y Turismo (2006).
Alejandro Medina Jiménez, colaborador de la Dirección General de Culturas Populares, autor del cuadernillo Cultivo del café, Unidad Regional Papantla de la DGCP; traductor del relato La víbora nauyaca, para el artículo Relatos totonacos, del sitio web Mexicanísimo.
Manuel Álvarez Boada (+), antropólogo y etnomusicólogo egresado de la Universidad Veracruzana*. Especialista en música de la Huasteca, autor del libro La música popular en la Huasteca Veracruzana (Premia, 1985).
José Xochihua Ibarra, promotor cultural de la Unidad Regional Norte de Veracruz, Dirección General de Culturas Populares e Indígenas*. Autor del artículo «Los dos hermanos y el rey de los Satanases» en el número 8 de Apuntes sobre Cultura Popular (1982), de la Unidad Regional de Veracruz. Fue integrante del grupo Talahkgonin, que enseña a tejer estrellas de palma de uso ceremonial en ritos totonacas a miembros de las comunidades de la región de Tajín.
Zeferino Gaona Vega, autor de los libros Qostanlhin xala pakxtu = Danza de voladores de la sierra (1990) y Danza de San Miguelitos (1990), ambos publicados por la Dirección Regional del Norte de Veracruz de la Dirección General de Culturas Populares; y del artículo La música y la danzade Lakapíjkuyu en el número 85 de Antropología. Boletín oficial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (2009).
Francisco Acosta Báez, director y fundador del Centro de Artes Indígenas (CAI), miembro de Teatro Comunidad Tecom A.C.,
Bibliografía
CRODA LEÓN, Rubén, (comp.), Entre los hombres y las deidades. Las danzas del Totonacapan, Fiestas Populares de México, Dirección General de Cultura Populares, México, 2005, pp. 180.
¿Ya escuchaste nuestra nueva pista de audio? En esta ocasión te compartimos el inicio de la danza de Santiagos, interpretada por los músicos de la Danza de Santiagos «San Judas Tadeo», de Ixhuatlán del Café, Veracruz.
Esta pista fue grabada el 8 de diciembre de 2019, durante la visita de la danza a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México.
Ve a la página principal y escucha esta y otros materiales que tenemos para ti en nuestra lista de reproducción «La música de los Santiagueros».
¡Nuevamente llega el #LunesDeLibro! Y en esta edición vamos a hablar de un texto con unas ilustraciones muy interesantes y que puede consultarse directamente en línea.
Portada
Contraportada y reseña
El libro fue publicado en el año 2009 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Centro Cultural Veracruzano. Hay dos cosas que me llaman la atención sobre este texto: en primer lugar, en la página legal los derechos se atribuyen al autor con fecha 2008, pero no se menciona el ISBN; por otro lado, en el Parlamento Editorial, se menciona que se tiraron 1,000 ejemplares, sin embargo no me ha sido posible ubicarlo en formato físico. Afortunadamente es posible consultar el libro completo en esta página (da clic para consultarlo).
Veracruz es uno de los estados con una gran difusión y práctica de las danzas de Moros y Cristianos. En este libro, René Espinosa, presenta algunos de los personajes más representativos de la danza y nos permite compararlos con sus pares de otros pueblos cercanos. Como él mismo menciona en el interior, aún cuando la fotografía permite un registro más inmediato y preciso, la ilustración permite transmitir algo más: detalles que no son perceptibles de otra forma y el sentir del autor.
Hay dos partes en el texto, la primera corresponde a la danza de Moros y Cristianos en distintos pueblos de la zona central de Veracruz: Acatlán, Calcahualco, Chocamán, Comapa, Coscomatepec, Naolinco, Tepetlán, Tlacolulan, Tlacotepec, Tomatlán y Tepetlán. La mayoría de las ilustraciones provinieron de fotografías ya que el autor menciona que sólo vio la danza en vivo una vez. La segunda parte son una serie de ilustraciones de los músicos que acompañan a las danzas y de sus instrumentos, estas sí hechas al natural.
Una de las características que más me han llamado de las danzas en esta región, compartida en parte con una zona de Puebla, es la abundancia del color rojo en los vestuarios. El lector puede comprobarlo al revisar el texto en el enlace provisto.
A diferencia de otros textos, en este no se realiza un estudio exhaustivo de la historia de las danzas o de su origen, si acaso se les menciona brevemente y después se habla del trabajo que se presenta. Como ya se mencionó, las ilustraciones son el principal componente del libro, por lo que su lectura es muy amena y rápida, y aunado a su disponibilidad en línea, es uno de los materiales que todo estudioso de las danzas de Moros y Cristianos debe revisar.
Sobre los autores:
René Espinosa Hernández: Su información biográfica está disponible en la contraportada del texto, se agrega la imagen para su consulta. Además de las ilustraciones escribe la introducción.
Cuauhtlatoac H. Xochitiotzin Ortega: Muralista tlaxcalteca, escribió el prólogo de esta obra.
Marco Antonio Hernandez Reyes: Investigador de la Dirección General de Culturas Populares, autor de la presentación del libro.
Bibliografía
ESPINOSA HERNÁNDEZ, René. Representación gráfica de los personajes de la danza de Moros y Cristianos en la región centro del Estado de Veracruz, CONACULTA, Instituto Veracruzano de Cultura, Xalapa, 2009.